Desde el interior observan

4.3.09

Allweneed.istomakesure

Me sobresaltó el sonido del celular sonando. No reconocí el número que aparecía en pantalla y eso despertó mis sospechas. Atendí y pedí que se identificaran. “Sabés quien soy” me dijo la voz del otro lado y me dejó helado.

Frank – Vos estás muerta
Voz – No… Me encontraron al poco tiempo de que me dejaste ahí
Frank – Carajo!
Voz – No te preocupes por la cana que no le dije a nadie, fue un accidente lo que me pasó. Pero sí preocupate por mí
Frank – Jajaja, estás hablando en serio?
Voz – Muy en serio
Frank – Está bien, cometí un error al dejarte con la pierna destrozada, esperando que te murieras de a poco. Pero no me vengas con amenazas pelotudas por que te va a ir terriblemente mal
Voz – Jajaja, esta vez voy acompañada
Frank – Bueno, Aye… Tendrán que ser dos por uno

Y corté. Al instante me di cuenta de que ya estaban cerca, me había hablado a un par de cuadras de distancia. No tenía tiempo de emboscarlos, así que agarré mi cuchillo y la Smith&Wesson Magnum Python cuya mordedura conocía tan bien Ayelén. Salí al techo por la ventana, buscando la ventaja de la altura. Vi dos figuras doblar por la esquina, una rengueaba terriblemente. Reconocí la segunda al instante: Andrés. Apunté y... me dije: “Muy fácil y aburridísimo”. Guardé el arma. Estaban entrando al patio cuando vi un ladrillo en el techo… Lo levanté y en silencio me dirigí al borde del techo, agazapado entre las ramas de un árbol esperé a que pasaran por debajo. Al cabo de unos minutos pasaba Andrés, arrojé el ladrillo con mucha fuerza y se desarmó en su cabeza. Cayó pesadamente al suelo, Ayelén gritó sorprendida y asustada. Yo me reía a carcajadas, delatandome. Ella miró hacia arriba y dijo algo que no oí a causa de mi propia risa. Levantó algo plateado en su mano, se escuchó un estruendo y sentí un dolor punzante en el hombro. Mi risa se apagó, “Puta de mierda!”, alcancé a gritar antes de ver cómo caía al suelo. El golpe fue terrible, se me nubló la vista y lo último que vi fue Andrés incorporandose.
Al rato cuando desperté estaba atado a una silla. Con la consciencia vinieron el dolor punzante en el hombro y el zumbido en la cabeza.

Frank – Carajo… Duele
Aye – Ja, ahora te duele!
Frank – Por qué estoy vivo todavía? No querías venganza?
Aye – Pero prefiero tomarla con vos estando consciente
Frank – Lógico. Y vos, vendido, qué hacés acá?
Andrés – No estoy muy de acuerdo con que andés matando gente por ahí
Frank – Bah, qué marica

Su puño se estrelló en mi nariz. Escupí sangre. Se fueron a la otra habitación. “Son tan ingenuos que ni me revisaron”, me dije. Y saqué el cuchillo de mi pantalón. Las patéticas cuerdas con las que me habían atado no fueron problema para su filo. La cara de sorpresa cuando me vieron aparecer en la habitación contigua fue indescriptible.

Frank – Siempre, SIEMPRE, hay que revisar a quién se ata…

Blandía mi cuchillo de lado a lado, pavoneandome, parado bajo el umbral de la puerta. Andrés se acercó para reducirme una vez más, pero ya era hora de acabar con los jueguitos. Retrocedí y le azoté la puerta en la cara cuando estaba a punto de agarrarme. Su terrible fuerza y su tamaño impidieron que cayera al suelo, pero aún así quedó atontado. Aproveché ese instante para ponerme frente a él. Lo miré a los ojos y me despedí. Ayelén miraba atónita cuando clavé mi cuchillo en el esternón de Andrés. Ella se tapó los oídos intentando ahogar el ruido del hueso destrozado y los quejidos de Andrés. Lo apuñale cinco veces. Las cinco veces en el área de los pulmones, para que muriera asfixiado con su propia sangre llenando sus pulmones.
Cuando cayó al piso casi sin vida, miré directamente a los ojos a Ayelén. Dio un paso atrás con terrible dificultad.

Frank – Miedito?
Aye – Sos un monstruo
Frank - …
Aye – Yo quería seguir tu jueguito pero veo que es imposible
Frank – I hate to say ‘I told you so’

Levantó su arma, temblaba como una hoja. Agarré el cañón y se la saqué de las manos. Estaba tan asustada que no fue para nada difícil. Le sonreí, “Calmate”, le dije. Cuando se acercó pensando que la perdonaría, le pateé la rodilla que le había destrozado unas semanas atrás. Cayó de bruces al suelo rompiéndose la boca. Entre sollozos de pánico y dolor, escupió…

Aye – Negri, por favor, te juro que no digo nada. Hasta te ayudo a deshacerte del cuerpo de Andrés, te ayudo a limpiar, pero por favor no me mates
Frank – Bueno, levantate YA y ponete a limpiar la sangre del gordo

Dicho y hecho, con un tremendo esfuerzo se levantó y limpio todo el enchastre. Cuando hubo terminado la obligué a meter el cuerpo en una bolsa, después de haberlo desmembrado. Siguiéndola y vigilándola como un perro guardián controlé que cargara las partes en el auto.

Frank – Subí vos ahora
Aye – Ah-ahí? Con el cuerpo
Frank – Sí
Aye – Pe-pero…
Frank – Te mato
Aye – Ya subo, ya subo

Cuando subió, subí yo al asiento del conductor. Me dirigí hacia el basural que tantas víctimas mías había quemado. Llegamos. Abrí el baúl y le hice bajar los pedazos de Andrés.

Frank – Tiralos por allá y arrodillate al lado
Aye – Me dijiste que no me ibas a matar
Frank – En ningún momento dije eso, vos lo asumiste… Mal, por cierto
Aye - Por favor, no me mat…

El estallido de la Phyton la enmudeció al instante. Cayó con los ojos abiertos y un hilillo de sangre manandole de la frente.

Frank – Alfred, esta vez te pasaste
Alfred – Qué?
Frank – Que te pasaste con todo lo que hiciste hoy, me salvaste el pellejo una vez más
Alfred – Yo no hice nada, recién vengo al lado consciente
Frank – Me estás charlando...
Alfred – El instinto de supervivencia es tan fuerte como el instinto de muerte, amigo mío
Frank – Carajo...

11 Víctimas:

asdasdasd dijo...

Buenisimo!!

Aye dijo...

definitivamente estas mal del mate jaja!!!!!!!

La última de la fila dijo...

Y el libro para cuando??

Frank dijo...

Agarrador de Hermanas: Gracias, me alegra deslumbrarlo.

Aye: C'est la vie!

L.U.: Conseguime un editor y saco el libro. Quierote.

Anónimo dijo...

Pensé que eras digno de darme una mejor muerte... pero claro, ese no podrías ser vos, sino Alfred.
Por cierto, ¡sabías que Don Cardozo engendró otro ejemplar? Tendrás que buscarlo por cielo y tierra y no lo encontrarás. Habrás de sufrir de una vez y por todas cuando pienses que ya has terminado con todos... Mi alma está sedienta de venganza. Volveré para asegurarme que los demás descansen en paz... o que te den tu merecido cuando finalmente pases al otro mundo...

Frank dijo...

Por fin! Por fin alguien digno con una amenaza digna, carajo!
No con un patético "estás loco" o "qué bueno". Por fin un digno contrincante!

Anónimo dijo...

Salazar ya siente en su sangre algo que despierta... le han arrancado la vida en su otro cuerpo. Su hermano ya no vive, pero su alma vino hacia él y empiezan a cosquillearle las entrañas. ¿Será acaso el caviar del desayuno? No, definitivamente no. Esta vez es seguro: Andrés ya no está, pero lo siente dentro de sí. El coraje crece, las ganas de venganza rugen como las aguas del mar rabioso que se divisa por la ventana y las fuerzas son incontrolables...
La nieve no cesa, pero no hay tiempo. Ya está decidido: cuando llegue la mañana, las últimas llamas de la hoguera se apagarán.
El sur espera.
El viaje comienza.
Ya no hay vuelta atrás...

Frank dijo...

Uuuhhhjujuju! Qué miedito! Te voy a dar, gil!

Anónimo dijo...

huy! guarda con ALfred! digo.. con Fran! digo... digo...

asdasdasd dijo...

Sabes que? cuando vos ponias Smith & Weson etc. etc. yo me imaginaba algo asi como una AWP, un rifle de francotirador.

Se veia mejor asi!

Frank dijo...

El sniper es para otras situaciones y otras ocasiones... La brutalidad de la Python no la tiene ningúna otra arma de fuego, querido. Ilustresé y después venga.