Desde el interior observan

4.4.09

Tengo su corazón... para siempre

Las ganas de ir al baño me hicieron despertar. Sentí un peso sobre mi pecho que me inmovilizaba. Me debatí en vano. Al despertarme del todo, me di cuenta de que era ella que me abrazaba estrechamente. Con cuidado de no despertarla me solté de su atadura. Fui al baño. La escuchaba revolverse en la cama desde donde me encontraba. El crujir de las sábanas me hizo pensar en la posición que habría adoptado. Boca abajo? De lado? Boca arriba?
Volví a la habitación y la encontré boca arriba, casi destapada. Aún dormía. Me senté a su lado y le acaricié el pelo. Me quedé así un rato, mirándola cómo dormía, acariciándole el pelo. Fue ahí cuando me lo pidió...

Alfred – La quiero
Frank – Ni lo sueñes, a ella no
Alfred – Por qué? Qué la hace tan especial? Es igual a todas las otras personas sobre la Tierra
Frank – No y punto
Alfred – Mirá, dejame hacer lo mío y va a ser nuestra por siempre. Nadie más la va a poder tener jamás
Frank – No... No se puede, no…
Alfred – Dale, la querés, no? La querés sólo para vos, verdad? Dejame hacerlo y va a ser nuestra para siempre
Frank – Mía…
Alfred – Nuestra, Frank, somos dos, no lo olvides
Frank – Para siempre?
Alfred – Siempre… siempre
Frank – …
Alfred – Jejeje

La tirita de la musculosa se le había deslizado por el hombro descubriendo un poco su pecho. La caricia del pelo bajó por la mejilla, resbaló por el mentón, corrió por el cuello y llego al pecho. Mi otra mano se movió casi por sí sola. Se elevó por sobre su cara y bajó de repente sobre su boca. Se ciñó fuerte para evitar que gritara. Sus ojos se abrieron al instante. Intentó zafarse pero una rodilla sobre su abdomen suprimió todo intento de forcejeo. Con la mano libre tomé sus muñecas y las puse bajo la presión de la rodilla junto con el resto del cuerpo. Seguí acariciándola mientras sus lágrimas mojaban la almohada. Una vez la mano había llegado nuevamente al pecho, se levantó en el aire, se convirtió en puño y cayó fuertemente sobre su lado izquierdo. Cayó repetidas veces rompiendo las costillas, mientras la mano cómplice sofocaba los aullidos de dolor y miedo. Bastaron unos cuántos golpes de puño para deshacer las costillas izquierdas y debilitar la zona. Luego, a fuerza de uñas y presión, comencé a rasgar la piel y el músculo, mientras ella trataba inútilmente de soltarse. Sacaba con mi garra piel y carne, pedazos de hueso astillado, hasta que el pánico la pudo y se desmayó. Yo proseguí con mi labor, continué desgarrando músculo hasta que al fin apareció. Aún se movía, débilmente, pero se movía. Bañado en sangre, con un rebote rítmico ahí estaba: su corazón al aire. Era tan rojo como roja había quedado la cama. Era tan rojo y bonito como me lo había imaginado. Sin dudarlo un instante más, metí la mano en su pecho, agarré su corazón y lo arranqué de un tirón. En el momento en que se cortaron las arterias ella abrió los ojos. Una cascada de paz le baño la cara y lentamente sus párpados cayeron. Su corazón, en mi mano, chorreaba lo último de sangre que le quedaba adentro, bañando mi brazo. Lo levanté con el objeto de que su sangre me bañara todo el cuerpo. Abracé ese tesoro que había conseguido, que había robado, lo besé, me lo pasé por la cara tiñéndome de rojo. Al fin habló…

Alfred – Te dije, es todo nuestro, para siempre. Nunca nadie más va a tener su corazón
Frank – Mío, mía
Alfred – Nuestro, nuestra… Cuántas veces te lo voy a tener que decir?
Frank – Mío, mía… para siempre… siempre
Alfred – Andá, loco de mierda!

6 Víctimas:

descorazonada dijo...

Ay!

Anónimo dijo...

Huy culia... mis costillas se sienten como resentidas... me dolio a mi eso!

muy bueno bolos!
un abrazo!

Elogio dijo...

Ame ese final.
Muy bueno che.
Me voy a pasar seguido.
Besos

Frank dijo...

Descorazonada: Fue por amor.

Edur: Me encanta cuando impacto! Jajaja, me encanta, me encanta!

DejaVu: Gracias. Mi vanidad asciende vectorialmente. Bienvenida!

Isahinojosa85 dijo...

=(
auch... te pasaste!

...::Ameliah::... dijo...

Jajaja, es una mezcla de gore con comedia y mucho lime. Me encanta!